Juan J. Giaimo

jueves, 18 de agosto de 2011

Riesgos


Queda
casi nada
por decir
cuando la poesía
cabe en las manos
que entonces no se tocan

Y asusta…

Casi nada
para decir
cuando nuestra ceremonia
está intacta
en nuestras miradas
que entonces se esquivan

El miedo reparte el juego
otra vez

A veces el ruido de las avenidas los cuerpos nuevos de los hombres de las mujeres que vendrán los desafíos de cuando nada aún fue dicho los templos saturados de disfraces el boceto de las noches nuevas la soledad de los que acompañan la mirada que descubre pero no conoce nos conceden el mejor refugio para que después no duela.
®

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