Juan J. Giaimo

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los Guardianes del Lenguaje

no son carceleros
son guardianes

me devuelven una y otra vez a la orilla
gestan  silencio en las noches
y me privan
hasta del recoveco de los sueños

junto fuerzas para enfrentarlos
porque la próxima batalla será más dura

me ofrecerán alguna migaja
aunque mi hambre desmedido
necesite de toda su cosecha

me darán  la dádiva traicionera
de poder arañar sus pasillos
aunque saben que busco un hogar inmenso
para ahogar mi  frío tan antiguo

Alegoría no disuelta
 de una infancia entrometida

Derrotada una vez más
el sol
una metáfora de ambición desmesurada